Una vez había una vez una niña muy mala que se llamaba Matilde Franskesteín Purrunsky, tenía 10 años pero aparentaba 17 años ya que media 1 metro y 74 centímetros. El aspecto era terrorifico, tenia pelos de loca, vestía mal y no se lavaba, por lo que olía mal.
Vivía en una ciudad rica y amable llamada Ciudad Prenatal, todo lo contrario a Matilde. La niña pegaba, robaba y rompía papeleras. Sus padres estaban hartos de ella y decidieron llevarla a un orfanato llamado Maltrato, que era un orfanato donde los niños se pegaban continuamente, la niña se peleaba con sus compañeros todos los días , pero dejó de pegar y molestar a los demás para no estar siempre curándose heridas y al final todos los niños se portaban bien.
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